Lo que mencionó a continuación proviene de autores contemporáneos preocupados por informar a la población, no sólo de nuestro país, sino del todo mundo: en este cambio de siglo se están dando modificaciones al modus vivendi de las personas de manera vertiginosa.
Zigmut Bauman, recién fallecido en enero del 2017, filósofo del pos modernismo, nos habla de la cultura líquida. Steven Pinker (1954) psicólogo experimental dedicado en Harvard al estudio de los profesionistas en la familia. Y también Richard E. Baldwin, otro contemporáneo de quien acaba de aparecer en español su libro Convulsión Globótica (ed. Antonio Bosch, 2019), donde menciona sobre el futuro del trabajo: de las manos a la mente, de lo tangible a lo intangible. Y que como ocurrió en el cambio de siglo del XIX al XX: aquél que no aprendiera a usar máquinas herramientas no podía trabajar en la manufactura y fábricas de ese entonces. Hoy quien no aprenda a usar computadoras y algoritmos para decirle a estos artefactos cómo se hacen las cosas o rutinas de producción.
“La tecnología produce una transformación económica, la transformación económica produce una convulsión económica y social, la convulsión produce una reacción de rechazo, y el rechazo produce una resolución” nos lo menciona Baldwin para explicar y comprender el mundo de hoy en conflicto.
Ponemos atención que para llegar a una resolución como es: rediseñar a qué me dedico o me dedicaré. Se implican tiempos y espacios ampliados a su vez en tiempo. El mismo autor Baldwin propone: “.. primer paso es potenciar las políticas que faciliten la adaptación de la gente. No hace falta implantar medidas nuevas, sino ampliar las estrategias que han funcionado en Europa (El autor se refiere a la Europa social democrática.): Por ejemplo programas de reciclaje profesional, ayudas económicas y apoyo a la reubicación.”
Esto atiende a que las personas como seres vivos, la Biología nos dice hoy que, como sistemas complejos que somos, para adaptarnos a los retos y cambios, podemos y lo hacemos aprendiendo.
En países como Japón dan esquemas de ahorro a sus ciudadanos a largo plazo y con varias generaciones de su descendencia. En Europa, en específico en Austria y Finlandia, sus modelos económicos dan para la sostenibilidad de su población y país, a largo plazo.
Y nuestro país, con la economía abierta que se tiene, y considerando que los avances de la ciencia y la tecnología llegan, por lo general, a finales de cada siglo. Podemos otorgar becas económicas a los estudiantes y a las personas que busquen reubicarse, como lo menciona Baldwin en su libro. Reubicarse puede ser seguir estudiando, o trabajar a distancia. Si ahora se trabaja con la mente, ¿Qué significa reubicarse?
Los eventos que suceden en todo el mundo está a punto de reunirse en el momento justo para crear una tormenta perfecta que hará que algunos de los mejores inversores de nuestro planeta descarguen efectivo y acciones, y se acumulen en uno de los activos mas ignorados del mundo. ¿Será esta la resolución a la que estamos llegando?
Reglas simples para pasar a la acción
Desde los inicios de este siglo, la visión en los estudios de los sistemas complejos dieron con soluciones emergentes para las soluciones a problemas como: disminuir el gap entre la estrategia y la ejecución; ante la complejidad de las empresas a cambio de reglas simples para poner en funcionamiento dicha solución.
En la revista de Harvard Business Review del Septiembre de 2012, Donald Sull y Kathleen M. Eisenhardt escribieron un artículo denominado Simple Rules for a Complex World. Se relata cómo llevaron a cabo toda una resolución al problema viejo del sistema ferroviario del Brasil. Dichas reglas simples son:
- Eliminar obstáculos a los ingresos recientes,
- Minimizar los gastos iniciales,
- Proporcionar beneficios de forma inmediata (en lugar de pagar a largo plazo), y
- Reutilizar los recursos existentes.
“Las reglas simples alinearon las decisiones clave con los objetivos corporativos. Además, tradujeron las prioridades generales “expandir los servicios a los clientes existentes” y “reducir los costos” en pautas claras que los gerentes y los empleados entendieron y sobre los cuales podrían actuar. Las reglas ayudaron a las personas a evitar la parálisis que a menudo ataca cuando se enfrentan a demasiadas alternativas.” se menciona en este articulo.
Recomiendo consultar este artículo ya que se mencionan casos específicos para ejemplificar Cómo Simples Reglas Hacen Más Fácil El Paso a la Acción.
Cálculo del Impacto de la Inversión
Hoy debido a la complejidad de los sistemas sociales, resulta a su vez difícil calcular el valor del impacto de la inversión. Lo que preocupa a investigadores como Chris Addy y colegas, Social Responsability. Calculating the Value of Impact Investing. (Ed. HBR Enero Febrero 2019) en la búsqueda de una metodología para estimar los rendimientos sociales y del contexto donde se pregona las misión y visión de la organización.
Es interesante la coincidencia que se da de esta investigación con el contexto social, por ejemplo el de los países latinoamericanos, mencionan: “A medida que las preocupaciones sobre la escasez y la desigualdad se vuelven cada vez más urgentes, muchos inversores están ansiosos por generar beneficios comerciales y sociales, para “hacer el bien haciendo el bien”. Una vía es la inversión de impacto: dirigir el capital a las empresas que se espera que generen beneficios sociales y ambientales así como las ganancias. Pero hay un problema: aunque el mundo de los negocios tiene varias herramientas universalmente aceptadas, como la tasa interna de rendimiento, para estimar los rendimientos financieros de una inversión potencial, no existe un análogo para evaluar las recompensas sociales y ambientales esperadas en dólares. Pronosticar ganancias es a menudo una cuestión de conjeturas.”
Ya que un programa de impacto no es tan sólo calcular el número de personas atendidas; sino es gestar información del desempeño mejorado de los miembros de la organización: Es poner atención a la calidad, no a la cantidad: “Menos personas atendidas profundamente pueden valer más que muchas personas afectadas.” Esto para hoy día que se realiza mercadeo con las tecnologías digitales, modifica el proceso de promoción o publicidad. Se buscan hoy comunidades a atender y no más tener la tienda abierta y esperar a que se aparezcan los consumidores.
Lo anterior responde a la Regla de Pareto 20/80, ideada en el siglo XIX, en Italia por Vilfredo Pareto, y hoy usada para encontrar resultados con menor esfuerzo. Sino también para buscar abarcar más población a atender ahora con las tecnologías digitales. Hay que recordar las cuatro reglas mencionadas recientemente y lo que significa la reubicación mencionada por Baldwin.
Respecto a la metodología para medir el impacto social de una organización que tiene el valor por sus años y experiencia en el ramo que la ocupa. Presenta el problema que aunque el mundo de los negocios tiene herramientas universalmente aceptadas para estimar los rendimientos financieros de una inversión potencial, no existe un análogo para evaluar las recompensas sociales y ambientales expresadas, por ejemplo, en dólares.
Chris Addy y colegas, antes mencionados, pertenecen a la Fundación Rise y al Grupo Bridgespan han desarrollado una metodología para estimar el valor financiero del bien social o ambiental generado por las inversiones de impacto. Este proceso de seis pasos culmina en un número, llamado el múltiplo de impacto del dinero, o IMM, que expresa el valor social como un múltiplo de la inversión. (Información obtenida del sitio de la organización The Bridgespan Group, en específico Calculating the Value of Impact Investing, visitado el día 23 de noviembre de 2019.)
Los seis pasos son:
- Evaluar la relevancia y la escala.
¿La empresa tiene un impacto social o ambiental potencialmente medible y a cuántas personas llegará su producto o servicio?
2. Identificar los resultados sociales o ambientales objetivo.
Identifique objetivos de resultados sociales o ambientales y determine si la investigación y los datos existentes verifican que los resultados sean alcanzables y medibles.
3. Estimar el valor económico de esos resultados para la sociedad.
Elija un estudio de referencia que proporcione una base de evidencia para los reclamos de impacto de la inversión. Luego use la investigación económica para poner un valor en dólares en el cambio social o ambiental proyectado.
4. Ajustar las estrategias como consecuencia de los riesgos.
IMM utiliza una fórmula de “realización de impacto” que descuenta la probabilidad de lograr el valor social o ambiental proyectado.
5. Estimación del valor terminal.
Un concepto utilizado en el mundo de los negocios, el valor terminal en este caso estima la probabilidad de que las personas lleguen y el valor social o ambiental creado continuará, por ejemplo, durante cinco años después de que finalice una inversión.
6. Calcular el retorno social de cada dólar gastado.
Comience con el valor social total proyectado creado por la inversión y ajústelo para reflejar la participación del inversor proporcional a la participación en la propiedad. Rise luego divide el beneficio social proyectado de la inversión y llega a un IMM. Por ejemplo, un IMM de 8X significa un retorno social o ambiental de $ 8 por cada $ 1 invertido.
Como conclusión es llevar a cabo una dinámica estratégica con tomas de decisiones a cada momento sobre las acciones y buscando la pertinencia con la población que se atiende. Es en esta dinámica que se contempla, también importante, el Know How que caracteriza a la organización como consecuencia de su experiencia. Y no tan solo los conocimientos de la disciplina definida en su misión y visión.
Luchando con problemas morales
En ocasiones, monetizar los beneficios y costos sociales o ambientales plantea preguntas complejas. Por ejemplo:
- ¿Un dólar extra de ingresos tiene un mayor impacto en alguien en un mercado emergente en comparación con alguien en un mercado desarrollado?
- Cuando el aumento del ingreso es el resultado objetivo, ¿deberíamos contar ese impacto sin importar cuánto ganara la familia antes, o solo cuando ganara por debajo de cierto umbral?
- Cuando salvar vidas es el resultado deseado, ¿podemos poner un valor en dólares a cada persona que se beneficia?
- Las estimaciones de los economistas de la salud sobre el valor de una vida estadística (VSL) varían dramáticamente según el país, pero ¿deberían las vidas humanas ser valoradas de manera diferente solo por un accidente de la geografía?